El proyecto para este sitio fue detallado el director general del INAH, Diego Prieto Hernández, quien comentó que en dicho sitio arqueológico el público tendrá la experiencia de un antiguo asentamiento conectado directamente al mar.
El Meco es una de las 10 zonas arqueológicas del estado de Quintana Roo beneficiadas con el Promeza, programa que contribuye a la puesta en valor de su arquitectura monumental y a la optimización de su visita pública, dada la cercanía que tienen con la ruta del Tren Maya. De ahí que se abrirán nuevas áreas de investigación y de visita a este lugar de la costa maya del Caribe, ubicado a unos pasos de la zona hotelera de Cancún.
El titular del INAH aseguró que el proyecto para este antiguo puerto maya considera también la instalación de mejores servicios: sanitarios, recepción, áreas de descanso, sala de interpretación e infraestructura para la investigación y conservación del sitio. Esto permitirá articular un circuito de visita en el área metropolitana de Cancún, el cual incluye los sitios arqueológicos El Rey, San Miguelito y el Museo Maya de Cancún.
Como su antiguo nombre maya lo indica, Beel’ma o Beel’maan, “canal de comercio”, El Meco fue un centro nodal para el tráfico marítimo desarrollado por los antiguos habitantes de la bahía de Isla Mujeres, el cual mantuvo vínculos con Tulum, Muyil y Cobá, siendo una ciudad próspera.
Su arquitectura denota delicadeza en sus acabados, destreza en la construcción y cuidado en su estilo y elementos decorativos; vestigios entre los cuales se han localizado pequeños espacios o altares para ofrendas, entierros y rituales. No obstante su reducida escala, la urbe contenía espacios singulares como la Plaza, un conjunto de edificios de usos civil, religioso y de habitación para las elites.
Entre las estructuras que lograron sobrevivir al embate del tiempo se encuentra la plaza cívica y ceremonial, donde se yergue la edificación más alta de la región: El Castillo, con 12.5 metros de altura, que se cree era centro de peregrinaje y punto de vigía hacia la región de Cancún e Isla Mujeres. A principios del siglo XX, la estructura fue encalada y usada como lindero y banco de material, lo que dejó al descubierto sus etapas constructivas.
En los años sesenta de ese mismo siglo, El Meco (llamado así por el apodo de un personaje local) fue dividido por la carretera que une Puerto Juárez con Punta Sam, condición que será revertida con las acciones del Promeza.
Diego Prieto Hernández sostuvo que las labores del Promeza, iniciativa que se aplica en 26 zonas arqueológicas cercanas a la ruta del Tren Maya, se intensificarán con la incorporación de las y los arqueólogos, conservadores, antropólogos físicos y demás profesionales que han acompañado las tareas de salvamento arqueológico en los siete tramos de la obra ferroviaria; en el caso del seis, acotó, que va de Tulum a Chetumal, en Quintana Roo, “quedan pendientes áreas con monumentos de cierta relevancia, por salvaguardar”.
En ese sentido, hizo un reconocimiento al trabajo esforzado de las y los egresados de las universidades autónomas de Yucatán, Zacatecas, San Luis Potosí y Estado de México; de las universidades de Campeche, Ciencias y Artes de Chiapas, las Américas de Puebla, y la Nacional Autónoma de México; así como de aquellos procedentes de las escuelas de Conservación y Restauración de Occidente, de Antropología e Historia del Norte de México, y Nacional de Antropología e Historia, que este 2023 celebra 85 años.
El titular del INAH informó que, al corte del jueves 8 de junio de 2023, en los siete tramos de la obra ferroviaria se han registrado y preservado 53,385 bienes inmuebles (cimientos, albarradas y basamentos prehispánicos); 1,840 bienes muebles (metates y otros objetos cerámicos), así como 1,097,664 fragmentos de cerámica. Además, se localizaron 586 osamentas humanas y 1,340 rasgos naturales asociados a asentamientos humanos.