Escultura de atlante en sendero que conducirá a nueva sección de Chichén Itzá es localizada

El descubrimiento fue dado a conocer en la conferencia de prensa matutina del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, por el director general del INAH, Diego Prieto Hernández, quien detalló los avances, ya en fase de gabinete, del salvamento arqueológico vinculado a la construcción del Tren Maya, y acerca del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza) en 27 sitios cercanos a la megaobra.

La talla recién recuperada, en asociación a un complejo habitacional, se suma a una serie de elementos que demuestran que hubo una importante base común entre la cultura de los mayas de Chichén Itzá, en los periodos Clásico Terminal y el Posclásico Temprano, y las del centro y noroeste de México central, aproximadamente en la mismas fechas, entre los años 800 y 1200 d.C., incluso después.

Como es característico de las esculturas tipo atlante, dijo, el personaje masculino aparece con los brazos alzados, en acción de sostener un objeto, y es representado con un rico atavío compuesto por una cinta cefálica, un pectoral formado por cuatro hileras de cuentas de jade, orejeras largas y brazaletes. Asimismo, llama la atención “los rasgos de su rostro, los cuales lo vinculan, estilísticamente, a evocaciones huastecas”.

Prieto Hernández abundó que, por sus dimensiones (90 centímetros de altura y 45 centímetros de ancho), estas esculturas formaban parte de los altares sosteniendo bloques de piedra esculpidos en forma de mesa, elementos ubicados en estructuras ceremoniales.

Recientes hallazgos en Palenque

El titular del INAH también presentó un video sobre los recientes descubrimientos registrados por el Proyecto Arqueológico Palenque, los cuales reafirman a este sitio arqueológico chiapaneco como ícono de la arqueología mexicana, referente y piedra angular del conocimiento de la cultura maya ancestral.

Durante los trabajos de estabilización del basamento y de cubierta del Templo de la Cruz Foliada, en el sureste del sitio, el equipo de investigación pudo comprobar que la edificación es anterior al 600 d.C., y localizar una ofrenda arquitectónica, consistente en dos vasijas, una de ellas con los restos óseos de dos neonatos, quizás, como símbolo de la vida floreciente.

Cabe mencionar que en 2018, en el centro de la antigua urbe, surgieron nuevos rostros. En el Palacio se halló un adorno nasal, tallado en hueso humano, propio de gobernantes y sacerdotes; y en otra parte de este complejo arquitectónico, en lo que fuera un antiguo depósito de agua, se dio con una ofrenda ritual quemada, compuesta por una cabeza de estuco y de restos cerámicos y líticos, y junto con ella el gran descubrimiento: una singular cabeza del joven dios del maíz.

Por otra parte, el salvamento arqueológico vinculado al Tren Maya permitió localizar un taller de lítica en el que, entre 600 y 850 d.C., los palencanos producían sus herramientas para la caza, la guerra, la alimentación y el sacrificio.

Asimismo, al noroeste de la zona arqueológica se desarrollan nuevas investigaciones para ampliar el recorrido. En el Grupo IV, tras la exploración de un par de adoratorios, se han localizado más de 70 enterramientos que evidencian la ubicación del primer cementerio en esta antigua ciudad.

Además, en lo que fue el campamento arqueológico se descubrió una veintena de cámaras, con varios nichos. Entre los entierros secundarios, se localizó el de una mujer, que tenía entre 25 y 28 años de edad al momento de morir, y otras osamentas que forman parte de las ofrendas de otro enterramiento, con un personaje de elite.