Sin Aliento es un Colectivo de Danza Contemporánea que brinda sus servicios a la creación de nuevas propuestas dancísticas. Nació en 2016 a partir de una pieza que lleva el mismo nombre y la cual fue presentada como una propuesta escolar, comenta en entrevista el director del grupo, Jonathan Uriel Rodríguez Guerra. En aquel entonces, él y sus compañeros estudiaban en la Facultad de Artes Escénicas de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).
La pieza fue creada como parte del Concurso Estudiantil de Composición Coreográfica a nivel nacional, siendo acreedora al premio a mejor coreografía y composición coreográfica interpretada por el colectivo, entonces ya formado por Jonathan, Alan Benjamín Tamez Martínez y Guillermo Treviño Méndez, este último también ganador del premio al mejor intérprete masculino.
El director del colectivo, que la pieza habla de las grandes urbes, de las grandes ciudades en donde nos sentimos asfixiados, sofocados, donde nos quedamos sin aliento. Esta pieza es la interpretación de lo que ellos sienten viviendo en Monterrey, en esa gran metrópoli con automóviles, fábricas, sonidos, incluso por las personas que se sienten superiores.
“Es un sentimiento que a nosotros como colectivo nos causa vivir en Monterrey y creo que en muchas cuidades de México y el mundo derivado de la sobresaturación de la población, el ruido y la contaminación en general, sales y se te va el camión y luego tarda en pasar y entonces empieza tu episodio de desesperación de quedarte sin aliento”, dice el entrevistado.
En la Compañía Sin Aliento siguen los mismos fundadores, solo que cada uno tiene sus proyectos independientes con compañías diferentes. Todos, por su cuenta, siempre están entrenando, así que ya sea juntos o separados su compromiso y preparación siempre está presente.
Cada uno llega con una cualidad diferente, una forma de bailar, una forma de sentir, la cual culmina en una propuesta plástica y performática, que a pesar de no ser “nuevo” en el arte, rompe con lo que se acostumbra a producir como danza, al menos en Monterrey, explica Jonathan Rodríguez.
Relata que, cuando fueron ganadores por la mejor coreografía, se presentaron con esa pieza de tan solo 10 minutos de duración, y con el paso del tiempo la han alargado porque les interesa llevar a cabo un proceso más completo y que no se quede solo como un fragmento, sino como una pieza que se va modificado de acuerdo con los momentos y cambios que se presentan en la cotidianidad.
Las piezas que Sin Aliento presenta son mutaciones, es decir, el concepto, la ejecución y el tema pudiese ser el mismo, pero, para realizar una coreografía se retroalimentan de las comunidades, de las personas, de la sociedad y del público que los aprecia, por ello siempre están en contacto con ellos para conocer sus inquietudes y poderlas ejecutar a través de la danza.