Acompañada al piano por el destacado músico cubano Ángel Rodríguez, Sierra interpretó un programa con el que mostró distintas etapas y estilos del repertorio vocal, desde el bel canto italiano hasta la canción latinoamericana y estadounidense.
La primera parte se concentró en un panorama idóneo para que el público apreciara sus enormes posibilidades vocales con arias emblemáticas como Romeo y Julieta, de Charles Gounod; La rondine, de Puccini; Don Pasquale, de Donizetti; Norma, de Bellini; Las bodas de Fígaro, de Mozart, y La traviata, de Verdi.
Después del intermedio, la soprano abordó piezas de carácter más lírico y cercano al público; sorprendió con una brillante interpretación de Me llaman la primorosa, de Gerónimo Giménez, y un repertorio de música latinoamericana que transitó de Melodía sentimental, de Heitor Villa-Lobos, a Estrellita, de Manuel M. Ponce, además de clásicos de la canción estadounidense como Summertime, de George Gershwin, o I Could Have Danced All Night, de Frederick Loewe.
Nacida en Fort Lauderdale, Florida, Sierra descubrió su voz a los diez años y debutó de manera profesional a los catorce en la Ópera de Palm Beach. Desde entonces, su carrera se desarrolla en los escenarios de más prestigio del mundo: el Metropolitan Opera House de Nueva York, la Ópera de París, el Teatro alla Scala de Milán y el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, entre otros.
Ángel Rodríguez, pianista de origen cubano y que radica en México, destacó por la precisión y sensibilidad de su interpretación, fruto de más de 25 años de trayectoria internacional. A lo largo de su carrera ha compartido escenario con Ramón Vargas, Rolando Villazón, Javier Camarena, Nathalie Manfrino y Joseph Calleja, por mencionar algunos artistas, en escenarios de Asia, Europa y América.
Los aplausos de pie, que se prolongaron varios minutos, impulsaron el regreso al escenario de la cantante y su acompañante, para entonar tres piezas que desataron una ovación general: Bésame mucho, de Consuelo Velázquez; un emotivo Cielito lindo, tema en el que invitó al público a cantar con ella, y O mio babbino caro, de Puccini, con el que concluyó la velada.
“Una voz extraordinaria, llena de color y naturalidad; pocas veces se escucha algo así en vivo”, comentó María del Carmen Esquivel, asistente al concierto. Indicó Jorge Luis Rosas expresó: “No solo canta, interpreta con el alma. Nos hizo recordar por qué la ópera sigue conmoviendo tanto”.
La cantante y el pianista se presentarán el 12 de noviembre en el Teatro Isauro Martínez, en Torreón, Coahuila, como parte de su gira por América Latina, que continúa en Argentina, Brasil, Chile y Perú.
