El diálogo contó con la participación de la investigadora titular del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), Dina Comisarenco; el historiador del arte y docente en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán (FES Acatlán), de la UNAM, Mauricio Ramírez, y con la moderación de la responsable de la gestión curatorial en la Coordinación de Exposiciones del Colegio de San Ildefonso, Yunuén Sariego.
La actividad se realizó en conmemoración de los 85 años del exilio republicano español, una fecha clave para reflexionar sobre la memoria histórica y la aportación de los artistas refugiados en el país.
Se centró en la obra de muralistas exiliadas como Elvira Gascón y Manuela Ballester, así como en el impacto del nacionalismo y la narrativa del arte público en México en su trayectoria profesional.
“Las conmemoraciones siempre son útiles para potenciar la memoria. La memoria es frágil, pero hay que construirla día a día. En este aniversario, recordamos la salida en 1939 desde España, debido a la Guerra Civil, pero también queremos subrayar la importancia de las mujeres artistas dentro de ese exilio”, señaló Mauricio Ramírez.
Elvira Gascón fue una de las pocas mujeres que logró abrirse camino en el muralismo mexicano. Al respecto, Comisarenco abordó sobre los prejuicios que la artista enfrentó en su época, “¿Cómo es posible que una mujer se trepe al andamio?”, se decía. A pesar de las barreras, Gascón realizó obras de gran formato en templos y edificios públicos, como su mural en la iglesia de la Medalla Milagrosa y su trabajo en el Convento de los Padres Josefinos.
Ramírez explicó que la trayectoria de Gascón tuvo un doble reto: “Las mujeres muralistas debían competir no solo con sus compatriotas exiliados, sino también con los artistas mexicanos ya consolidados. Esto explica por qué muchas de ellas optaron por desarrollar primero obras en dibujo e ilustración antes de lograr un espacio en los muros”.
Otra de las artistas recordadas fue Manuela Ballester, quien tras su exilio en México trabajó junto a su esposo Josep Renau en distintos proyectos. Ballester fue una figura clave en la ilustración política y en la pintura mural, con obras para el Hotel Mocambo, en Veracruz. Sin embargo, su obra ha sido frecuentemente minimizada: “Hay una jerarquización en la historiografía del arte que ha relegado la labor de las mujeres a un segundo plano”, afirmó Comisarenco.
La discusión siguió en torno a la invisibilización de las artistas en la narrativa oficial del muralismo. Se plantearon preguntas sobre la manera en que las mujeres lograron insertarse en un movimiento dominado por figuras como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco. Además, se exploró cómo la temática de sus obras, con un enfoque en lo cotidiano y lo comunitario, ha sido erróneamente interpretada como menor en comparación con los discursos grandilocuentes del muralismo tradicional.
La exposición Exiliadas de España. Artistas en México es una oportunidad para el diálogo sobre la memoria, el exilio y la contribución de las mujeres al muralismo y las artes visuales en el país. Está abierta al público en el Colegio de San Ildefonso hasta el 27 de abril de 2025.
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