El Complejo Cultural Los Pinos será la segunda parada para degustar de más de 30 sabores de tamales y bebidas, con la Fiesta de la Candelaria, un homenaje a la riqueza gastronómica y cultural de México.
De 10:00 a 18:00 h, los días 1 y 2 de febrero, en la Plaza de Cencalli se reunirán cocineras y cocineros que han preservado las tradiciones culinarias de sus regiones, provenientes de Ciudad de México, Estado de México, Oaxaca, Tlaxcala y Veracruz, habrá desde los clásicos tamales de mole, rajas y dulce, hasta especialidades regionales como el tlalpilque y el zacahuil, sin olvidar creaciones originales y poco comunes como el tamal de pulque con insectos o el de mamey.
Para acompañar, se disfrutará de una selección de atoles y bebidas ancestrales, como el pozontle, el tascalate y el pozol.
La Fiesta de la Candelaria es un espacio único para convivir en familia, disfrutar de un ambiente festivo y aprender sobre las raíces culturales de México.
El tamal, del náhuatl tamalli, es un alimento que data de tiempos prehispánicos. Las crónicas del siglo XVI dan cuenta de su existencia como un elemento presente, tanto en los ritos ceremoniales como en la vida diaria.
La tradición de comer tamales el Día de la Candelaria está relacionada con el uso ceremonial que tenía dicho alimento en las diversas festividades prehispánicas, como la del inicio del ciclo agrícola, Atlcahualo, celebrada el primer mes del calendario mexica.
En Latinoamérica, de acuerdo con su procedencia, este platillo es llamado de diversas maneras: hayaca en Venezuela y Colombia; humita en Perú, Argentina y Chile; nacatamal en Nicaragua y Honduras; o pisque en El Salvador y Honduras. Todos con diferentes ingredientes y procesos de elaboración.