Cess Enríquez, codirección de Luis Montalvo y las actuaciones de Luis Montalvo, Eli Mijangos, Violete Núñez, Isabela Urbierta y Naomi Riva, la puesta da voz a cinco muxes que, desde un espacio entre la vida y la muerte, reconstruyen sus historias atravesadas por la identidad, la violencia, el deseo, la memoria y el humor.
La propuesta pone al descubierto múltiples formas de discriminación, violencia, exclusión y asesinatos a la comunidad muxe. En la cultura zapoteca del Istmo, el término muxe designa a personas que no se identifican con los géneros binarios masculino o femenino. No son hombres homosexuales ni mujeres trans: son muxes. En Benda’ Muxe’ / Mi hermana Muxe, el teatro es un vehículo de emancipación colectiva, pero también una forma de denuncia que conecta con públicos diversos desde la risa, la emoción y la valentía.
Resultado de un laboratorio de teatro comunitario desarrollado entre 2023 y 2024 por Cess Enríquez y Luis Montalvo en Santo Domingo Tehuantepec, Oaxaca, con la colaboración de la activista muxhe Joselin Sosa, la propuesta reunió a seis participantes, quienes durante cinco meses realizaron ejercicios de improvisación, escritura, creación escénica, exploración corporal y diseño de vestuario y escenografía.
“La obra nació hace dos años como parte de una beca de creación escénica. Durante cinco meses hicimos un trabajo de juego, escucha y escritura compartida. Muchas de las escenas, objetos y personajes fueron ideados colectivamente. La historia mezcla experiencias personales, anécdotas de otras muxes, relatos de abuelas, amigas, vecinas. Eso la hace poderosa”, declaró Luis Montalvo, codirector.
A su vez, Violete Núñez, quien interpreta a Trinidad, comentó: “Fue un reto enorme. Algunas de nosotras nunca habíamos actuado, nos costaba trabajo hablar en público. Trabajábamos de día y ensayábamos por las noches. Pero también fue una experiencia hermosa: la obra la hicimos todas. Cada quien aportó ideas, historias, gestos. Así se volvió nuestra”, menciona.
La puesta en escena transcurre en un limbo festivo y fantasmagórico, construido con elementos simbólicos del Istmo como petates, canastas, barro y trajes típicos. Ahí, cinco muxes esperan el arribo de una nueva alma, con la esperanza de que su llegada permita a una de ellas trascender al “cielo de caguamas y angelitos”.
A través de este dispositivo escénico, las protagonistas cuentan sus historias de muerte: la telegrafista que debía vestirse de hombre para trabajar; la novia que perdió a su amado; la tía cuya iglesia fue sumergida por una presa; la que se mira al espejo en busca de su reflejo perdido. Cada relato mezcla humor y crudeza, cotidianidad y tragedia, realidad y fantasía.
“Contar algunas de esas historias fue difícil. Hay momentos muy fuertes, de violencia, de tristeza. Pero el cabaret nos ayudó a aligerar, a reírnos de nosotras mismas, a burlarnos del dolor, a liberarnos”, declaró la actriz Naomi Riva.
El uso del cabaret como lenguaje escénico es clave en Benda’ Muxe’. Conocido por su tono lúdico, directo, irreverente y festivo, el cabaret permite crear una comunicación directa con el público y romper la cuarta pared.
La dirección conjunta de Cess Enríquez –reconocida por propuestas como La Prietty Guoman– y Luis Montalvo destaca por su capacidad de articular el humor con la denuncia social, al tiempo que resignifica los elementos culturales del Istmo dentro de un lenguaje escénico contemporáneo y comprometido.